Estamos en construcción, disculpe usted las molestias... o no.

 

¿De que va VadeMACum?

Allá por mil novecientos ochenta y cinco conocí un primer Mac, un Plus creo recordar.

Yo trabajaba en un periódico local muy humilde, que, locos ellos, pensaron en comprar un ordenador, — hasta ese momento yo lo montaba a mano a base de artículos escritos en una Olivetti eléctrica —, y el candidato fue un Mac, pero dado su precio acabamos maquetando con Ventura Publisher en un Inves turbo 8 Mhz.

Hasta el ochenta y nueve no volví a tocar un Mac y mi primera máquina propia fue un LC II en el noventa y dos.

Desde entonces, como cualquier otra obsesión, lo leí, escuche, pregunte y aprendí todo o casi todo lo que pude sobre aquellos bichos grises, creados pensando en quién los utilizaría y no en quién los vendería.

Hoy, aquella entrañable manzana de colores ha cambiado, y con el arco iris también se ha descolorido el ínteres por el usuario. Apple crea máquinas maravillosas, sí, pero ajenas, más cercanas a los “victim tech” y los ingenieros que al currito y el artista.

Y todo el mundo parece muy contento de como se hacen las cosas en Cupertino.

¿Donde esta la crítica? antes tan comun, pues no lo se, pero hasta que Apple me pague como evangelista, yo diré aquí lo que pienso, y probablemente escueza más de un Makero por poco pertinente, pero creo que la crítica es saludable y solo molestan las verdades incómodas.

Así que desde mi larga experiencia de usuario seré impertinente.

miércoles, 15 de julio de 2009

Retorno al pasado

Quizás no todo pasado fue mejor, quizás.


Pero tampoco cualquier futuro es mejor. Es un grave error considerar que el progreso siempre es mejor, es menso pensar que el avanzar a cualquier precio solo por llegar a un supuesto futuro mejor es deseable porque al fín solo es una carrera a ciegas.


Hay que avanzar, sí, pero conservando lo bueno del pasado, mejorándolo, incorporando las buenas ideas del futuro, lo contrario es temerario.


Me explico; el mayor defecto del ruindos siempre fue su tendencia a quemar los barcos en cada actualización.

Sí, sí, sí, ya se, ruindos es compatible hacía atrás siempre, ¿verdad? Pero no es del todo cierto, — más bien del todo falso —,  a cada actualización, lo que en teoría debe seguir funcionando solo lo hace si se buscan parches y actualizaciones menores que en el mejor de los casos funcionan casi. Porque en la mayor parte de los casos hay que buscar nuevas versiones, generalmente de pago, de todas las herramientas que deseemos usar. De hecho de ahí viene la enorme tasa de piratería en ese entorno, mucho menor que en el mundo Mac.


Los Makeros nos hemos reído siempre a gusto con estas actualizaciones de mocochof, que a la hora de la verdad solo suponían perder las ventajas de lo viejo y conservar los defectos que se suman a los de la nueva instalación.

Los Makeros no teníamos ese problema. Nunca lo tuvimos porque el MacOS siempre se diseño desde el Lisa pensando en lo que necesitaba el usuario y entre esas necesidades estaba seguir usando sus herramientas de siempre que lo necesitara.

Aun recuerdo que no a mucho recupere archivos de texto de los primeros noventa confeccionados con Great Work bajo MacOS 7, y los use con el mismo programa en un G4 con el tigre.


Alguien se atreve a intentar algo parecido con un archivo confeccionado en un 286.


Las tres grandes revoluciones del Mac, esto es, el advenimiento de los RISC el sistema X y el intel, no han supuesto una ruptura con el pasado. No al menos de forma traumática, y eso es sin duda una de las grandes ventajas del espíritu Makero.


Cuando llegaron los procesadores RISC al principio se hablo de una ruptura ya que la arquitectura de programación para los 68.000 era fundamentalmente distinta e incompatible.

Al principio hubo problemas, sí, vimos los programas FAT y los optimizados, pero poco después, el mismo SO fue capaz de emular el código de los 68.000 y como esos programas necesitaban menos potencia y memoria, corrieron bien en los PPC aun siendo emulados.

El anterior ejemplo del Great es válido, ya que los archivos se generaron en un LC originalmente. 


Compatibilidad completa — o casi, que hay quién hila muy fino y lo dirá si yo no lo digo ahora —.


Luego llego el MacOS X y claro, el mismo problema, pero de serie hasta el Leopardo, el sistema incluyo un emulador que si bien no era todo lo optimizado que deseamos, ya que no funcionaba fino con ciertos periféricos y extensiones, pues eso,  nos permitía usar programas clásicos dignamente, y sobre todo sin tener que gastar una pasta en actualizaciones, muchas veces poco necesarias o justificadas.

Y con los intel… ¡aiva dios, ahí la cagamos señores!

Ya que los genios de cupertino, con Job a la cabeza, decidieron que había que romper con el pasado y si alguien necesitaba algo de él… que se compre un PC.


Ya se veía venir, ya que durante años, las quejas sobre el funcionamiento de la emulación no fructificaron en mejoras, como era tradicional, sino que simplemente justifico la eliminación del mismo con la excusa de la migración a intel.


Progreso a toda costa.


Para algunos ha supuesto un problema ya que tuvieron que “renovar” todos sus programas o bien dejar de hacer cosas por falta de herramientas.

Luego se quejan de que el pirateo halla crecido últimamente, no te jode.

Como si no fuera suficiente inversión un Mac pro de diez mil euros como para renovar dos docenas de programas y varias docenas de utilidades y gachet.


Bueno, pues por mucho que los usuarios hemos pedido un entorno clásico en los intel, los señores de Cupertino se empeñaron en que era técnicamente imposible.


Lo que según parece es imposible es que antepongan el ínteres de sus usuarios a las ansias de facturar de los accionistas, normalmente interesados en vender productos a toda costa.


La cosa es que el espíritu Makero parece haber sido expulsado de Cupertino.


Eso o las mentes brillantes ya no están allí porque NO es técnicamente imposible.


En la güeb fat-mac — un abrazo para mi viejo amigo Fran Iglesias, años que o se nada de él — he encontrado un pequeño programa que hace funcionar un entorno MacOS 9.0.4 en un intel, — incluso habla de que es posible una actualización a mejores sabores del nueve — y funciona aceptablemente bien.

El invento lo encontraran allí, así que no hablare de ello, que ya lo cuentan allí.


De lo que si hablare, una vez más y mira que es una pena tener que hacerlo tan a menudo, del alejamiento de sus usuarios que en Apple se esta llevando a cabo.


Los usuarios seguimos queriendo usar muchas cosas de nuestro pasado, más que nada porque por mucho que el presente del Mac sea una maravilla, el pasado ha sido y aun es, glorioso.

Puede que algunos solo tengamos que cambiar de máquina para usar ese programa que hace justo  lo que necesitamos para ese trabajo concreto que corre prisa, que para eso hay dieciocho en mi casa, la mayoría aun en buen uso.

Pero hay muchos usuarios que solo tienen un Mac o no tienen uno capaz de ejecutar sin problemas un MacOS 7, por ejemplo.

Ya. Pueden buscar en la red un programa que haga lo mismo o comprar un programa similar o una versión actualizada si existe… Ya.

Pero a veces es mucho más fácil crear un mapa en relieve con un Bryce de hace quince años que gastar equis cientos de euros en una versión para intel. Sobre todo si solo necesitamos ese mapa y ademas es para ayer. 


A lo largo de los años, van para veinte en mi caso, los Makeros hemos acumulado muchos programas que nos sacan de apuros en un momento dado, de ahí la justificación y la utilidad del entorno Classic.

Porque a veces lo antigüo es lo que hace justo lo que se necesita.


Pero en Cupertino ya no les importa lo que necesitamos los usuarios humildes, según ellos tenemos que cambiar a cada actualización o renovación de gama, de equipo y programas. Parece que no tenemos derecho a tener un Mac si no podemos pasar por caja a facturar a golpe de queinote.


Somos indignos.


Pero por suerte, el espíritu Makero quizás halla muerto en California pero seguimos existiendo los Makeros — ¿por cuanto tiempo?, no se — y uno de ellos, Ronald P. Regensburg, en lo mejor de la tradición, ha creado lo que le faltaba al Mac Intel; Un emulador de entorno Clásico.


Antes, en Apple tomaba buena nota de las cosas que los Makeros creaban por amor al Mac, para mejorarlo y lo incorporaban a la siguiente versión del SO.

Aún el Virtue Desktop fue incorporado en el Leopardo, aunque de forma menos eficiente para mi gusto — de hecho, e uno de los motivos, pero no el más importante, por lo que no uso el gato con manchas —.

A ver si con suerte estoy equivocado y en el próximo gato se puede emular un entorno clásico en condiciones, aunque me temo que para eso tendremos que esperar a que Job desaparezca de una vez y rogando para que quién lo sustituya sea un Makero, porque si no quizás tenga razón aquel inepto vendedor que decía que no había que comprar Mac porque cuando muera Job Apple desaparecerá.

Mientras, pues nos apañaremos con el SheepShaver y el Chubby–Bunny que así se llama este invento que a poco que funcione se convertirá en un imprescindible.



Jorge Díaz.

viernes, 10 de julio de 2009

Reflexiones sobre un Megabite.

Llevo dos días recuperando archivos antiguos, almacenados en viejos “Floppys” de 800 y 1.440 Kb.

Hay como unos 200, todos de hace unos de diez años, del 91, 92, 93, 94…

De los primeros Mac y de la época de mi primer Mac propio; un LC II, de 16 Mhz, con 4 Mb. de Ram y 80 Mb de disco duro.

En aquella época trabajaba con Freehand 3 y 3.1, el Quark 3 y el Photoshop 2 que apenas funcionaba en aquella maquina, no se podían trabajar con imágenes de más de  uno o dos Mb si uno no quería eternizarse en un simple volteo, Great Work… 


Todos esos “Floppys” suponen años de trabajos guardados, — que de la basura ni hablamos —, sacar y volver a grabar los archivos para no llenar el disco duro y poder tener hueco suficiente para imprimir.

Para que Photoshop no empezara con el molesto no hay sitio en el disco.

Porque por entonces, cuando el disco estaba lleno, el Mac de Sistema 7 nos decía aquello de no hay suficiente espacio disponible en el disco para la acción solicitada, libere espacio y vuelva a intentarlo más tarde.

No, claro, los más jóvenes emigrantes — me niego a usar anglicismos cuando hay palabras aceptables en castellano — no conocen estos placeres, y se quejan cuando tarda un poco en imprimir un documento o los archivos temporales se comen unos cuantos Gigabites de disco.


Por aquel entonces yo soñaba con un Quadra 700, poco después con un Quadra 800 o 840 Av — que gran máquina —, soñaba con 30 o 40 Mb de ram y por lo menos 50 Mhz en un Motorola 68040.


Diez años después tenía un poderoso G4 AGP 400 Mhz con 640 Mb de ram y 30 Gb de discos duros, en plural, tres para ser más exacto.


¿Como es posible que me pasase horas sacando archivos a CD hasta hacerles reventar las costuras para poder dejar sitio libre en los discos duros y que Photoshop no me dijera que no puede trabajar porque los discos de memoria virtual estaban llenos?.


Todos los archivos almacenados en Floppys me caben en un par de CD, los importantes, claro… pero los CD de trabajos más modernos se multiplican por las estanterías


(…)


… Todo esto lo escribí allá por el 2.000,  — o mejor dicho, lo deje a medio escribir —, para publicarlo en un foro.

Han pasado nueve años más.

Y al releerlo me doy cuenta que la idea que me animo entonces no solo sigue vigente, sino que es más cierta, más acertada que nunca.


Simplemente, ahora, la maquina que uso es un Intel — que vergüenza para un Mackero purista, leche — Core Duo a 2 Ghz, con un Gb y medio de Ram y dos discos  con 350 Gb de espacio en total.

El G4 que arriba mencionaba, ahora es servidor de archivos e impresión, con medio Terabit de discos USCSI, conectado por red FW al MBP.

El poderoso PowerBook, pese a ser un buen moustruito, no es lo más de apple cuando escribo esto — siempre hay cosas más “poderosas”—.


De serie, un Mac Pro del 2.008 equipa un doble procesador de cuatro corazones hasta 3’2 Ghz. con unos 4 u 8 Gb de Ram en plan básico — hasta 32 Gb — y un disco de un Tb pa empezar, que se le pueden poner cuatro o más, claro.


Y que quiero decir con esto, pues que en dieciocho años lo “necesario” para poder ir tirando se ha multiplicado por  200 en cuanto a velocidad de procesador, por 2.000 en cuanto a la Ram y por… ¡13.000! en cuanto a capacidad de disco.


Dicen que la potencia de los ordenadores se dobla cada dieciocho meses.


En dieciocho años, con esa progresión matemática y salvo que un experto me corrija, los ordenadores deberían haber multiplicado su potencia por 2.000, es decir, que en cuanto a velocidad vamos muy por debajo de esa regla, hoy deberiamos usar máquinas con una velocidad de proceso de unos 32 Ghz.

¿O no?,

Porque una máquina de dos procesadores y ocho núcleos es en la práctica mucho más rápida que un hipotético procesador mono núcleo a 32 Ghz., ya que al multiplicar los núcleos no obtenemos un incremento numérico de rendimiento sino exponencial.

¿Cuanto mas rápido es un pro ocho corazones que un LC?

Pues sí, bastante más de 500 veces.


De acuerdo, pulpo como animal de compañía, se acepta. Se ha superado con mucho la regla de los dieciocho meses.


Pero donde la cosa es brutal, comparando el desarrollo con la susodicha chorrada… digo… regla, es en disco y memoria.


Con el LC necesitaba una media de diez o doce floppys a la semana, hoy necesito lo mismo pero en DVD para satisfacción de los piratas de la esgae, — hombre, de media y más o menos, ¿vale? —, así que si gastaba 14 Mb. de almacenamiento a la semana, ahora gasto 40 Gb.


Según la regla, debería usar 7 Gb, es decir, dos DVD, pero no, eso lo gasto a la semana, de media en almacenar fotos, cada dos meses, entre originales en bruto, “reveladas” y “retocadas” lleno el disco de respaldo de 250 Gb. pero las fotos pesan 50 Mb de media, claro está.


No me cuadra.


Pero lo que me resulta más llamativo no es que la potencia, el almacenamiento y la memoria no halla seguido la famosa regla, que a fin de cuentas nadie se ha tomado en serio de verdad, salvo algún enteradillo capullete en sus conferencias. 

Como tampoco nadie se tomó en serio a Gillermito Puertas cuando dijo que jamas sería necesario más de 512 Kb para ejecutar un programa.

Ya le vale al tío profeta. 


Bueno, sí, hubo y hay quien se toma en serio estas frases.


Allá ellos.


Lo que me anonada de veras es la paradoja de la percepción.


Porque… ¿cual es el motivo por el que compramos un nuevo mac?


Vale, de acuerdo, dejemos a un lado el síndrome de juguete nuevo, el ansia consumista, o el simple deseo de aparentar.

Al Víctima Tecnológica lo dejamos por perdido — me niego a usar anglicismos —.

También obviemos el caso de que el Mac deje de funcionar… eso no pasa… o no pasaba casi nunca, que ya llevo unos cuantos reparados.


Por lo general siempre cambiamos de Mac porque se nos queda pequeño.


Necesitamos más sitio para guardar cosas, que son más complejas y grandes.


Necesitamos mas velocidad para trabajar más deprisa con programas más potentes y más sofisticados que al final trabajan a la misma velocidad que la versión anterior en el Mac anterior, pero con mucho más lujo, claro.

Y curiosamente, al poco de tener el nuevo maquinón ya no nos parece tan rápido.


Necesitamos más memoria… que nunca hay suficiente…


¡Alto ahí!


¿Que he dicho?, ¿que nunca hay suficiente memoria?


¡Sí, claro!, es cierto, nunca tenemos suficiente… 


Pero ¿como es posible?, tenemos 2.000 veces más Ram y 13.000 veces más disco…


La percepción.


En el noventa, se contrataba a los nuevos valores informáticos principalmente por su capacidad de depurar programas en unos cuanto Kb, y hacerlos funcionar más que eficientemente usando un mínimo de recursos porque eran caros y escasos.

Hoy se buscan programadores que hagan cosas espectaculares y muy “guaís”, pero no importa que sus programas tengan cientos de lineas basura y docenas de bichitos e incompatibilidades, porque como se dispone de mucho espacio de disco, mucho procesador y mucha Ram, la “limpieza” no es prioritaria y sí el Diseño y la  innovación.


El Sistema del Plus, cabía en un disquete de 800 Kb. funcionaba con con un Mb de Ram y dejaba sitio para hacer virgerias en el Mac Paint.

El Siete ocupaba 15 Mb. en el LC y con el Rest Edit lo personalizabas en dos patadas sin saber que coña es una variable.

El Nueve solo ocupaba 150 Mb y hacía volar un Mirrorer.

El Tigre ocupa casi diez Gb de los cuales la gran mayoría son librerias y controladores de cosas que nunca usaremos, pero que Apple pone en el MacOSX sin preguntarnos si queremos o no instalarlos, para que podamos conectar y usar en teoría. Porque ni siquiera es cierto, porque al día siguiente de publicarse la versión del Sistema, los fabricantes han lanzado dos docenas de periféricos para los cuales tendremos que instalar sus nuevos controladores — si los hay — porque Apple no disponía de ellos cuando crearon el S.O.

Y sin contar con utilidades, programas multimedia, X11 y demás pijaditas adjuntas del Sistema, claro.


No hablemos de la política de hacer a los usuarios betatester paganos, y así ahorrar tiempo y dinero en desarrollo.

Porque todas las versiones mencionadas de los S.O. eran productos finales muy depurados, y si vemos el incremento de parches y versiones en el tiempo, nos damos cuenta de lo cuidados que eran y lo poco cuidados que parecen los S.O. actuale sen comparación.


Pero el caso es que en el Plus, el S.O. era un 25% de los recursos de disco — que no había disco duro generalmente, si se usaba un SC40 suponía un 0,6%—, en el LC era un 12%, en el G4 suponía un 1’2%, pero en el BMP ocupa casi el 10% del disco.


Es impresión mía o vamos para atrás como los cangrejos.


Y es que siempre queremos lo más fácil, lo más bonito, lo más sorprendente, ordenadores de película de ciencia ficción… Grande, rápido. bonito, y barato, claro.


Y Jobs nos lo da, él encantado, claro.


Dejando a un lado que nunca tenemos bastante y nos quejamos de vicio.


No puedo menos que preguntarme que podría hacer un MacOSX en un Mac Pro, si se hubiera desarrollado bajo las premisas de economía, funcionalidad, simplicidad y facilidad que hicieron famosos los Mac.

En vez de ser un espectáculo audiovisual a medio desarrollar, que no llega a madurar porque hay que lanzar algo más espectacular lo antes posible y así satisfacer las ansias del mercado y los sueños de los Víctimas tecnológicas.


Ya se, el Unix del X es mucho más avanzado y potente que el S.O. clásico, pero… me gustaría ver que podría hacer un MacOSX desarrollado con la ilusión puesta en el Seis.


Bueno, soñar es libre, ¿no?


El caso es que nunca tendremos bastante, así que… para que preocuparnos ¿no?


Jorge Díaz.

jueves, 11 de junio de 2009

La genial batería.

El modelo anterior del MBP recolecto más de una crítica por su batería.


Esta se ocultaba bajo una endeble tapita de aluminio que al retirarla dos veces se deformaba inevitablemente, para no volver a encajar bien nunca más.

Supongo — aunque no he leído nada al respecto aun — que algún profesional que necesita cambiar de batería acabara por eliminar esta tapa en detrimento de la belleza del Mac.


La solución de los chicos de Cupertino amenazó con ser decepcionante cuando el diecisiete pulgadas NO tenía posibilidad de cabiar la batería sin desmontar el portátil.

Cosa que fue tan criticada por los profesionales como la eliminación del firegüire de los MB, y curiosamente son estos profesionales el público de esas máquinas.


Efectivamente, los nuevos MBP no permiten sustituir la batería.


Los argumentos de Apple son que casi nadie usa varías baterías… Bueno, si seguimos esa línea de razonamiento… ¿porque no eliminar al batería de los portátiles? la gran mayoría de los usuarios de portátiles PC los usan enchufados, así que ¿para que baterías?


Al contrario, una de las mejores cualidades de los Pismo era su capacidad de usar dos baterías, y somos muchos los usuarios que tenemos varias batería para poder usar el Mac sin necesidad de enchufe.

Es más cómodo llevar una batería que el cable, el mac safe y buscar un enchufe cerca.


Apple dice que la batería de los nuevos MBP dura siete horas…

Ya… si miramos la letra pequeña dice que sí, que siete horas con un prototipo y en ciertas condiciones de uso, que probablemente no incluyen la posibilidad de ver un dividi, conectarse a una güifi o usar programas muy exigentes como potochof o finalcut, y con la pantalla apagadita, con lo que los brillos de la glosi serán muy agradables, creo yo.

Item más, aún que fuera cierto que dura tanto, pese a que lo que prometen nunca se cumple, una batería solo dura mucho los primeros tres meses, en el peor de los casos — que hay muchas quejas en los foros — la vida media de una batería es bastante corta y muy pronto empieza a durar poco.

Lo mínimo que se le puede pedir a un ordenador portátil de dosmil euros es que podamos usarlo tranquilos sin andar buscando un enchufe a toda prisa.

El cambio fácil de batería era una gran ventaja de los MBP de la anterior generación, así como sus baterías compactas y estéticas.


Apple dice que hay adaptadores para usar en enchufes de coche o de avión.


No, si ya, peri y si no hay coche cerca. Además todos sabemos que en los asientos de primera clase de las mejores líneas aéreas no solo hay enchufes de estos, sino güifi, teléfono, televisión y cava con caviar.

Pero el 99’999% de la población no suele viajar en primera, ni en segunda, ni casi en turista. De ahí el éxito de los vuelos basura.


Pero Apple parece que considera que ese 99’999% de la población no tiene derecho a usar un Mac o por lo menos no se lo merece.


Y antes lo de que Apple es elitista era un chiste.


Durante tres años, y mas de setecientos ciclos de batería, he podido usar mi MBP en cualquier sitio gracias a tener dos batería que me aseguraban más de seis horas de uso a pleno rendimiento. Incluso ahora más de tres horas cuando las baterías ya muestran signos de agotamiento próximas al final de su vida útil.

Y lo he hecho sin necesitar cargar con el mac safe o buscar enchufes — la gente me miraba raro por no buscarlos como loco como hacen ellos —.


Pero ahora tengo otro motivo para no querer un MBP nuevo, lo que es una verdadera pena.


Una vez más, en Cupertino pasan muy mucho de escuchar a sus más fieles usuarios y siguen haciendo las cosas de forma más que discutible.

Pero eso sí, al gusto de su santidad el Papa Jobs.


A ver si se retira de una puñetera vez.


Jorge Díaz.

miércoles, 10 de junio de 2009

Novedades de la queinote… ¿que novedades?

El otro día me quejaba del escaso movimiento que se veía en el mundillo alrededor de Apple.

Acaba de producirse la tradicional presentación de novedades de primavera y salvo por la ausencia de Jobs — que calladito esta más guapo, así que me alegro —, las novedades me han inspirado el titulo superior.


Por un lado el ya archi prepresentado ipone tres, que es exactamente lo que se llevaba anunciando y tal y como se había anunciado durante las últimas semanas.

Así que esperemos que como ya se ha dicho todo lo que se podía decir, pues a ver si los portavoces se quedan ya tranquilitos.

Ahí lo tenéis ya, ¿contentos?


Por otro lado esta la remodelación de la gama de portátiles.


Los veteranos en Apple sabemos que todos los productos de Cupertino pasan por tres o cuatro fases en su vida comercial.

Primero se lanza el producto inicial, antes era incompleto, sin todas su prestaciones o a falta de implementar todas sus características, que se reservaban para la primera revisión. Se hacía así por dos razones; para tener margen de desarrollo y para evaluar que línea de diseño tenía mejor acogida.

Pero siempre eran productos maduros y bien desarrollados, solo les faltaba saber que cualidades serían las más deseadas por el público.

Todos sabemos que muchos productos de apple tenían secretos ocultos que a veces nunca se implementaron, como por ejemplo la cámara de vídeo conferencia y el gps integrados del ipone uno.

Ahora la cosa es distinta, los productos de Apple son inmaduros, a medio desarrollar, pero Apple los lanza al mercado como productos definitivos para que el trabajo de betatester los hagamos los usuarios.

Supongo que piensan que el menor precio se compensa con este trabajo que les hacemos.


Nunca fue muy conveniente comprar los productos recién lanzados a bombo y platillo, pero ahora lo es menos.


La segunda fase suele venir cuando el producto recibe su primera revisión. Suele ser mejor, más depurado y más barato.


Las dos últimas fases dependen del éxito comercial, puede haber una revisión a fondo  que prepare la siguiente generación de productos, con mejor precio y mejores prestaciones que los anteriores, o bien una fase en la que se abarata el producto y se vende con su equipamiento máximo con objeto de agotar existencias pero sin ninguna mejora formal.


Estas dos fase pueden ser sucesivas, o darse solo una de ellas según se halla vendido el bicho.


La nueva gama de portátiles no ha aportado gran cosa, solo una típica primera revisión bastante descafeinada — ¿quizás roza una fase final? no lo se —.


A mi los portátiles de esta generación no me gustan gran cosa. Son magnificas máquinas sin duda, y por el precio que tienen son muy competitivos con otros PC.

Si bien reconozco que ante un sobre mesa podría dudar si comprar un Apple o un PC con MacOSX, creo que no hay duda en el campo de los portátiles.

Salvo que se busque un micro portátil o un ordenador tableta, claro.

¿Cuando nos escuchara Apple de una puñetera vez en estos aspectos?


El Air NO es lo que pedimos, por mucho que os empeñéis.


Bueno, con todo, no son santos de mi devoción, no creo que me aporten nada que me convenza de cambiar mi MBP 2007.

Y si algunos defectos que para mi son notables, como la batería interna con una tapa de mírame y no me toques, la horrible pantalla brillante o la necesidad de usar adaptador para el Displey*. — Que para abaratar el precio en plan cutre no viene con el Mac, como tampoco el mando a distancia y algunos otros extras que si venían de serie en la generación anterior —


Sin duda, estos portátiles no pasaran a al historia con el halo de mito que por ejemplo los Pismo sí tuvieron — y con mucha razón —.


Los que esperaron se podrán comprar un portátil más fino, pero no creo que compense a nadie un cambio de máquina.


Y ya comenzamos con la campaña preventa de gato manchado albino.


Según a quién leas, es “lo mejor que ha hecho Apple y todos tendríamos que correr a la tienda a reservarlo” o “será difícil convencer al público para pagar por algo que en realidad no aporta nada nuevo y se limita solucionar los muchos problemas que tiene el Leopardo”.

Siempre he mantenido y me ha acarreado más de una enemistad por parte de los puristas y los que viven del Mac, que el Leopardo era un producto inmaduro e incompleto que Cupertino se había visto obligado a lanzar precipitadamente por la presión del departamento de mercadotecnia que quería hacer frente a la competencia (?) del Vista.

Nos hemos pasado dos años haciendo de betatester y desarrolladores y encima pagando para ello.

Bueno, yo no, yo después del segundo desastre con el gato manchado me volví al tigre “punto once” que es el gato más estable y fiable que he visto hasta ahora.

Pero ha habido que gente que ha perseverado actualización tras actualización y que ha comprobado que este sistema solo funciona fino en configuraciones por defecto recomendadas por Apple.


Pero el caso es que solo le han hecho la prepresentación entusiasta y me temo que solo para contestar al anuncio de Mocochof que quiere lanzar su nuevo sistema para sustituir al nefasto vista en otoño.

¿Que no?, entonces… ¿porque coinciden las fechas?

Otra tontuna porque nadie corrió a comprar un PC porque pudiera usar en él ese vista.

Y dudo mucho que si se hubiera retrasado el lanzamiento del gato hubiera pasado nada, pero…


Así que, puede que por la crisis, aunque Apple no se ha resentido por ella y esto debería hacerles recapacitar y cuidar un poco más a su fiel público en vez de seguir puteandonos como hacen últimamente.

Quizás porque las multinacionales suelen volverse más y más conservadoras cuanto más éxitos les proporciono en el pasado ser audaces.


Será por lo que sea, pero el caso es que no hay nada nuevo… aunque el macgüor vendrá en julio con enormes titulares sobre las  novedades de Apple.


En fin, seguiremos esperando un subportátil, un tableta, un profesional de sobremesa asequible, el nuevo Mac mini, y soñando con alguna maravillosa sorpresa.

Y parece que la espera va para largo.


Pena.


Jorge Díaz.


(*) Hay quién hila fino así que aclaremos que el precio de venta de un MBP DUO 2 2’66 Ghz básico cuesta en la Apple store 1.778 euros (9 de junio), y en la configuración viene como opción por defecto NO incluir el adaptador MDP a DVI, hay que pedirlo específicamente por 29 euros más. Si somos un afortunado usuario del treinta pulgadas necesitaremos un  adaptador de doble canal por 99 euros y si usamos un monitor VGA serán otros 29 euros más.

Una configuración más completa, con mas memoria, un disco grande y rápido, que no sólido, un adaptador de viaje y el mando a distancia que, sí, lo racanéan y lo venden a parte, el bicho nos cuesta casi tresmil cucos (2.910).

Cutrillos los de Cupertino ¿no os parece?

viernes, 5 de junio de 2009

Hasta los huegos del Ipone. (sí, he dicho ipone)

Cuando empece con estas páginas me hice el propósito de escribir con más o menos regularidad, un par de veces a la semana más o menos, que a fin de cuentas es lo que yo hacía en el pasado, aunque en otros lugares, eso sí.

Reconozco que por unos motivos u otros no lo he hecho.

No es que sea muy importante porque, para que negarlo, mis opiniones no parece que interesen a demasiada gente, a juzgar por el seguimiento que tiene el asunto. Aparentemente.


Reconozco que escribo más por costumbre que por otra cosa, escribiría de todos modos así que mejor publicarlo aquí y que lo pueda leer alguién si quiere, por pocos que sean mi público, que olvidarlo en un cajón, o en un disco que es lo mismo, ¿no?


Bueno, a lo que voy es que he incumplido mi propósito y eso está feo.


En parte por  motivos personales que no vienen al caso.


Pero sobre todo porque no hay nada que decir.


Suelo visitar varias páginas de distinta actualidad Makera y tecnológica casi a diario, — o lo hacía — pero la cosa es que últimamente me aburro. Me aburro mucho. Me aburro muchísimo.


No se si os habéis parado a hacer estadísticas, pero a mi me da la impresión que la cosa está como muy parada, paradísima.

Las noticias interesantes son escasa, lo que no deja de ser una consecuencia de la situación general que aquí no comentare.

Pero es que las pocas noticias que hay son tan pero que tan aburridas que no me llaman la atención para nada, no me motivan para escribir.


Yo no soy informático, ni ingeniero de sistemas, ni vendedor o instalador.

Soy un usuario y la verdad es que las noticias del tipo fulanito pasa a la empresa tal o sobre los movimeintos empresariales pues no me llaman.

Los temas qeu tratan de nuevas ventajas en redes o sobre intrinculis de internet no me interesan.

Y en el noventa por ciento de los casos, las notas publicitarias sobre las supuestas ventajas de las actualizaciones de programas me son en general incompatibles con la regla de oro que práctico: “Si algo funciona bien, no los toques hasta que sea completamente imprescindible”.


Además, como Job esta medio retirado no hace ni dice gran cosa interesante — raramente lo hace, tambien es verdad—.


Y con la crisis, no hay prácticamente novedades tecnológicas, a lo sumo algunos Macgoofy.


¿Que queda?, ¿a que le estan dedicando el espacio las bitacoras en los últimos tiempos?


Pues al Jodido ipone.


Que sí, que fue un ito tecnológico, un paso adelante digno de la Apple clásica.


Un producto muy cuidado y novedoso… hace tres años.


Ahora, el ipone no es más que uno más entre tantos, o mejor dicho, el que todos han imitado a mejor precio y sin tener que atarse con los nefastos servicios de timofonica.

Hay una docena — en la publicidad — de productos similares, que si bien no son lo mismo, lógico, se venden mejor.

Y en algunos casos, si pudieran equipar el sistema Apple, algunos de ellos aportarían mejores prestaciones en algunos aspectos.


Pero bueno, es el telefono de apple y como no hay nada de que hablar, cada día, de cada tres artículos, dos son sobre él.


Pues señores, a yo estoy hasta los huegos del ipone.


Soy usuario de Apple desde hace más de dieciocho años y pese a lo discutible de su política actual, y pese a que quizás si me viera en la necesidad o posibilidad de comprar un ordenador, puede que valorara al posibilidad de que no fuera un Apple — aunque probablemente sería uno de esos nuevas maquinas que permiten usar el Macos, seguramente que por una cuestión de precio — , desde luego no me interesan en absoluto los productos  paralelos de Cupertino, y menos aún en el campo del teléfono.


No, no me interesan los teléfonos por sofisticados que sean, — apenas gasto cuatro o cinco euros al mes en esto — , y la verdad, para las prestaciones que me podrían interesar de un ipone, elegiría un ituch.

Que tampoco tengo porque no oigo música, la pirateo por joder a la esgae, al rey del pollo asado y atlateres, pero no la oigo, ni siquiera uso la radio o el cd en el coche.

Así que ¿para que quiero un emepetres de doscientos euros?


Así que ni comparto ni entiendo tanta paja mental con que si va haber un nuevo ipone de 32 Gb o de 32.000. Pequeño, grande, a cuadros o lo que sea.


Me aburre.


Así que la verdad es que he tenido que renunciar a escribir sobre la actualidad Makera en lso últimos tiempos.

Igualmente no he escrito sobre otras cosas por lso motivos personales antes mencionados.


Esperemos que las cosas se animen un poco con algo llamativo y digno de la Apple que aprendimos a querer, o mejore lo personal.


Mientras, bueno, quizás recupere algunos escritos antiguos en los proximos días, por eso de que mis selectos lectores no se me aburran y esta página se vuelva tan desertica como las propuestas prácticas de del pepé.


Jorge Díaz.


P.D.: y encima, bloger me sabotea dejando los mensajes colgados sin avisar, pese a que creía que ya lo había solucionado, buena forma de crear audiencia, sí señor.

Y luego me quejo.

En fín, lo siento.

Como soy pobre...

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