Estamos en construcción, disculpe usted las molestias... o no.

 

¿De que va VadeMACum?

Allá por mil novecientos ochenta y cinco conocí un primer Mac, un Plus creo recordar.

Yo trabajaba en un periódico local muy humilde, que, locos ellos, pensaron en comprar un ordenador, — hasta ese momento yo lo montaba a mano a base de artículos escritos en una Olivetti eléctrica —, y el candidato fue un Mac, pero dado su precio acabamos maquetando con Ventura Publisher en un Inves turbo 8 Mhz.

Hasta el ochenta y nueve no volví a tocar un Mac y mi primera máquina propia fue un LC II en el noventa y dos.

Desde entonces, como cualquier otra obsesión, lo leí, escuche, pregunte y aprendí todo o casi todo lo que pude sobre aquellos bichos grises, creados pensando en quién los utilizaría y no en quién los vendería.

Hoy, aquella entrañable manzana de colores ha cambiado, y con el arco iris también se ha descolorido el ínteres por el usuario. Apple crea máquinas maravillosas, sí, pero ajenas, más cercanas a los “victim tech” y los ingenieros que al currito y el artista.

Y todo el mundo parece muy contento de como se hacen las cosas en Cupertino.

¿Donde esta la crítica? antes tan comun, pues no lo se, pero hasta que Apple me pague como evangelista, yo diré aquí lo que pienso, y probablemente escueza más de un Makero por poco pertinente, pero creo que la crítica es saludable y solo molestan las verdades incómodas.

Así que desde mi larga experiencia de usuario seré impertinente.

viernes, 10 de julio de 2009

Reflexiones sobre un Megabite.

Llevo dos días recuperando archivos antiguos, almacenados en viejos “Floppys” de 800 y 1.440 Kb.

Hay como unos 200, todos de hace unos de diez años, del 91, 92, 93, 94…

De los primeros Mac y de la época de mi primer Mac propio; un LC II, de 16 Mhz, con 4 Mb. de Ram y 80 Mb de disco duro.

En aquella época trabajaba con Freehand 3 y 3.1, el Quark 3 y el Photoshop 2 que apenas funcionaba en aquella maquina, no se podían trabajar con imágenes de más de  uno o dos Mb si uno no quería eternizarse en un simple volteo, Great Work… 


Todos esos “Floppys” suponen años de trabajos guardados, — que de la basura ni hablamos —, sacar y volver a grabar los archivos para no llenar el disco duro y poder tener hueco suficiente para imprimir.

Para que Photoshop no empezara con el molesto no hay sitio en el disco.

Porque por entonces, cuando el disco estaba lleno, el Mac de Sistema 7 nos decía aquello de no hay suficiente espacio disponible en el disco para la acción solicitada, libere espacio y vuelva a intentarlo más tarde.

No, claro, los más jóvenes emigrantes — me niego a usar anglicismos cuando hay palabras aceptables en castellano — no conocen estos placeres, y se quejan cuando tarda un poco en imprimir un documento o los archivos temporales se comen unos cuantos Gigabites de disco.


Por aquel entonces yo soñaba con un Quadra 700, poco después con un Quadra 800 o 840 Av — que gran máquina —, soñaba con 30 o 40 Mb de ram y por lo menos 50 Mhz en un Motorola 68040.


Diez años después tenía un poderoso G4 AGP 400 Mhz con 640 Mb de ram y 30 Gb de discos duros, en plural, tres para ser más exacto.


¿Como es posible que me pasase horas sacando archivos a CD hasta hacerles reventar las costuras para poder dejar sitio libre en los discos duros y que Photoshop no me dijera que no puede trabajar porque los discos de memoria virtual estaban llenos?.


Todos los archivos almacenados en Floppys me caben en un par de CD, los importantes, claro… pero los CD de trabajos más modernos se multiplican por las estanterías


(…)


… Todo esto lo escribí allá por el 2.000,  — o mejor dicho, lo deje a medio escribir —, para publicarlo en un foro.

Han pasado nueve años más.

Y al releerlo me doy cuenta que la idea que me animo entonces no solo sigue vigente, sino que es más cierta, más acertada que nunca.


Simplemente, ahora, la maquina que uso es un Intel — que vergüenza para un Mackero purista, leche — Core Duo a 2 Ghz, con un Gb y medio de Ram y dos discos  con 350 Gb de espacio en total.

El G4 que arriba mencionaba, ahora es servidor de archivos e impresión, con medio Terabit de discos USCSI, conectado por red FW al MBP.

El poderoso PowerBook, pese a ser un buen moustruito, no es lo más de apple cuando escribo esto — siempre hay cosas más “poderosas”—.


De serie, un Mac Pro del 2.008 equipa un doble procesador de cuatro corazones hasta 3’2 Ghz. con unos 4 u 8 Gb de Ram en plan básico — hasta 32 Gb — y un disco de un Tb pa empezar, que se le pueden poner cuatro o más, claro.


Y que quiero decir con esto, pues que en dieciocho años lo “necesario” para poder ir tirando se ha multiplicado por  200 en cuanto a velocidad de procesador, por 2.000 en cuanto a la Ram y por… ¡13.000! en cuanto a capacidad de disco.


Dicen que la potencia de los ordenadores se dobla cada dieciocho meses.


En dieciocho años, con esa progresión matemática y salvo que un experto me corrija, los ordenadores deberían haber multiplicado su potencia por 2.000, es decir, que en cuanto a velocidad vamos muy por debajo de esa regla, hoy deberiamos usar máquinas con una velocidad de proceso de unos 32 Ghz.

¿O no?,

Porque una máquina de dos procesadores y ocho núcleos es en la práctica mucho más rápida que un hipotético procesador mono núcleo a 32 Ghz., ya que al multiplicar los núcleos no obtenemos un incremento numérico de rendimiento sino exponencial.

¿Cuanto mas rápido es un pro ocho corazones que un LC?

Pues sí, bastante más de 500 veces.


De acuerdo, pulpo como animal de compañía, se acepta. Se ha superado con mucho la regla de los dieciocho meses.


Pero donde la cosa es brutal, comparando el desarrollo con la susodicha chorrada… digo… regla, es en disco y memoria.


Con el LC necesitaba una media de diez o doce floppys a la semana, hoy necesito lo mismo pero en DVD para satisfacción de los piratas de la esgae, — hombre, de media y más o menos, ¿vale? —, así que si gastaba 14 Mb. de almacenamiento a la semana, ahora gasto 40 Gb.


Según la regla, debería usar 7 Gb, es decir, dos DVD, pero no, eso lo gasto a la semana, de media en almacenar fotos, cada dos meses, entre originales en bruto, “reveladas” y “retocadas” lleno el disco de respaldo de 250 Gb. pero las fotos pesan 50 Mb de media, claro está.


No me cuadra.


Pero lo que me resulta más llamativo no es que la potencia, el almacenamiento y la memoria no halla seguido la famosa regla, que a fin de cuentas nadie se ha tomado en serio de verdad, salvo algún enteradillo capullete en sus conferencias. 

Como tampoco nadie se tomó en serio a Gillermito Puertas cuando dijo que jamas sería necesario más de 512 Kb para ejecutar un programa.

Ya le vale al tío profeta. 


Bueno, sí, hubo y hay quien se toma en serio estas frases.


Allá ellos.


Lo que me anonada de veras es la paradoja de la percepción.


Porque… ¿cual es el motivo por el que compramos un nuevo mac?


Vale, de acuerdo, dejemos a un lado el síndrome de juguete nuevo, el ansia consumista, o el simple deseo de aparentar.

Al Víctima Tecnológica lo dejamos por perdido — me niego a usar anglicismos —.

También obviemos el caso de que el Mac deje de funcionar… eso no pasa… o no pasaba casi nunca, que ya llevo unos cuantos reparados.


Por lo general siempre cambiamos de Mac porque se nos queda pequeño.


Necesitamos más sitio para guardar cosas, que son más complejas y grandes.


Necesitamos mas velocidad para trabajar más deprisa con programas más potentes y más sofisticados que al final trabajan a la misma velocidad que la versión anterior en el Mac anterior, pero con mucho más lujo, claro.

Y curiosamente, al poco de tener el nuevo maquinón ya no nos parece tan rápido.


Necesitamos más memoria… que nunca hay suficiente…


¡Alto ahí!


¿Que he dicho?, ¿que nunca hay suficiente memoria?


¡Sí, claro!, es cierto, nunca tenemos suficiente… 


Pero ¿como es posible?, tenemos 2.000 veces más Ram y 13.000 veces más disco…


La percepción.


En el noventa, se contrataba a los nuevos valores informáticos principalmente por su capacidad de depurar programas en unos cuanto Kb, y hacerlos funcionar más que eficientemente usando un mínimo de recursos porque eran caros y escasos.

Hoy se buscan programadores que hagan cosas espectaculares y muy “guaís”, pero no importa que sus programas tengan cientos de lineas basura y docenas de bichitos e incompatibilidades, porque como se dispone de mucho espacio de disco, mucho procesador y mucha Ram, la “limpieza” no es prioritaria y sí el Diseño y la  innovación.


El Sistema del Plus, cabía en un disquete de 800 Kb. funcionaba con con un Mb de Ram y dejaba sitio para hacer virgerias en el Mac Paint.

El Siete ocupaba 15 Mb. en el LC y con el Rest Edit lo personalizabas en dos patadas sin saber que coña es una variable.

El Nueve solo ocupaba 150 Mb y hacía volar un Mirrorer.

El Tigre ocupa casi diez Gb de los cuales la gran mayoría son librerias y controladores de cosas que nunca usaremos, pero que Apple pone en el MacOSX sin preguntarnos si queremos o no instalarlos, para que podamos conectar y usar en teoría. Porque ni siquiera es cierto, porque al día siguiente de publicarse la versión del Sistema, los fabricantes han lanzado dos docenas de periféricos para los cuales tendremos que instalar sus nuevos controladores — si los hay — porque Apple no disponía de ellos cuando crearon el S.O.

Y sin contar con utilidades, programas multimedia, X11 y demás pijaditas adjuntas del Sistema, claro.


No hablemos de la política de hacer a los usuarios betatester paganos, y así ahorrar tiempo y dinero en desarrollo.

Porque todas las versiones mencionadas de los S.O. eran productos finales muy depurados, y si vemos el incremento de parches y versiones en el tiempo, nos damos cuenta de lo cuidados que eran y lo poco cuidados que parecen los S.O. actuale sen comparación.


Pero el caso es que en el Plus, el S.O. era un 25% de los recursos de disco — que no había disco duro generalmente, si se usaba un SC40 suponía un 0,6%—, en el LC era un 12%, en el G4 suponía un 1’2%, pero en el BMP ocupa casi el 10% del disco.


Es impresión mía o vamos para atrás como los cangrejos.


Y es que siempre queremos lo más fácil, lo más bonito, lo más sorprendente, ordenadores de película de ciencia ficción… Grande, rápido. bonito, y barato, claro.


Y Jobs nos lo da, él encantado, claro.


Dejando a un lado que nunca tenemos bastante y nos quejamos de vicio.


No puedo menos que preguntarme que podría hacer un MacOSX en un Mac Pro, si se hubiera desarrollado bajo las premisas de economía, funcionalidad, simplicidad y facilidad que hicieron famosos los Mac.

En vez de ser un espectáculo audiovisual a medio desarrollar, que no llega a madurar porque hay que lanzar algo más espectacular lo antes posible y así satisfacer las ansias del mercado y los sueños de los Víctimas tecnológicas.


Ya se, el Unix del X es mucho más avanzado y potente que el S.O. clásico, pero… me gustaría ver que podría hacer un MacOSX desarrollado con la ilusión puesta en el Seis.


Bueno, soñar es libre, ¿no?


El caso es que nunca tendremos bastante, así que… para que preocuparnos ¿no?


Jorge Díaz.

jueves, 11 de junio de 2009

La genial batería.

El modelo anterior del MBP recolecto más de una crítica por su batería.


Esta se ocultaba bajo una endeble tapita de aluminio que al retirarla dos veces se deformaba inevitablemente, para no volver a encajar bien nunca más.

Supongo — aunque no he leído nada al respecto aun — que algún profesional que necesita cambiar de batería acabara por eliminar esta tapa en detrimento de la belleza del Mac.


La solución de los chicos de Cupertino amenazó con ser decepcionante cuando el diecisiete pulgadas NO tenía posibilidad de cabiar la batería sin desmontar el portátil.

Cosa que fue tan criticada por los profesionales como la eliminación del firegüire de los MB, y curiosamente son estos profesionales el público de esas máquinas.


Efectivamente, los nuevos MBP no permiten sustituir la batería.


Los argumentos de Apple son que casi nadie usa varías baterías… Bueno, si seguimos esa línea de razonamiento… ¿porque no eliminar al batería de los portátiles? la gran mayoría de los usuarios de portátiles PC los usan enchufados, así que ¿para que baterías?


Al contrario, una de las mejores cualidades de los Pismo era su capacidad de usar dos baterías, y somos muchos los usuarios que tenemos varias batería para poder usar el Mac sin necesidad de enchufe.

Es más cómodo llevar una batería que el cable, el mac safe y buscar un enchufe cerca.


Apple dice que la batería de los nuevos MBP dura siete horas…

Ya… si miramos la letra pequeña dice que sí, que siete horas con un prototipo y en ciertas condiciones de uso, que probablemente no incluyen la posibilidad de ver un dividi, conectarse a una güifi o usar programas muy exigentes como potochof o finalcut, y con la pantalla apagadita, con lo que los brillos de la glosi serán muy agradables, creo yo.

Item más, aún que fuera cierto que dura tanto, pese a que lo que prometen nunca se cumple, una batería solo dura mucho los primeros tres meses, en el peor de los casos — que hay muchas quejas en los foros — la vida media de una batería es bastante corta y muy pronto empieza a durar poco.

Lo mínimo que se le puede pedir a un ordenador portátil de dosmil euros es que podamos usarlo tranquilos sin andar buscando un enchufe a toda prisa.

El cambio fácil de batería era una gran ventaja de los MBP de la anterior generación, así como sus baterías compactas y estéticas.


Apple dice que hay adaptadores para usar en enchufes de coche o de avión.


No, si ya, peri y si no hay coche cerca. Además todos sabemos que en los asientos de primera clase de las mejores líneas aéreas no solo hay enchufes de estos, sino güifi, teléfono, televisión y cava con caviar.

Pero el 99’999% de la población no suele viajar en primera, ni en segunda, ni casi en turista. De ahí el éxito de los vuelos basura.


Pero Apple parece que considera que ese 99’999% de la población no tiene derecho a usar un Mac o por lo menos no se lo merece.


Y antes lo de que Apple es elitista era un chiste.


Durante tres años, y mas de setecientos ciclos de batería, he podido usar mi MBP en cualquier sitio gracias a tener dos batería que me aseguraban más de seis horas de uso a pleno rendimiento. Incluso ahora más de tres horas cuando las baterías ya muestran signos de agotamiento próximas al final de su vida útil.

Y lo he hecho sin necesitar cargar con el mac safe o buscar enchufes — la gente me miraba raro por no buscarlos como loco como hacen ellos —.


Pero ahora tengo otro motivo para no querer un MBP nuevo, lo que es una verdadera pena.


Una vez más, en Cupertino pasan muy mucho de escuchar a sus más fieles usuarios y siguen haciendo las cosas de forma más que discutible.

Pero eso sí, al gusto de su santidad el Papa Jobs.


A ver si se retira de una puñetera vez.


Jorge Díaz.

miércoles, 10 de junio de 2009

Novedades de la queinote… ¿que novedades?

El otro día me quejaba del escaso movimiento que se veía en el mundillo alrededor de Apple.

Acaba de producirse la tradicional presentación de novedades de primavera y salvo por la ausencia de Jobs — que calladito esta más guapo, así que me alegro —, las novedades me han inspirado el titulo superior.


Por un lado el ya archi prepresentado ipone tres, que es exactamente lo que se llevaba anunciando y tal y como se había anunciado durante las últimas semanas.

Así que esperemos que como ya se ha dicho todo lo que se podía decir, pues a ver si los portavoces se quedan ya tranquilitos.

Ahí lo tenéis ya, ¿contentos?


Por otro lado esta la remodelación de la gama de portátiles.


Los veteranos en Apple sabemos que todos los productos de Cupertino pasan por tres o cuatro fases en su vida comercial.

Primero se lanza el producto inicial, antes era incompleto, sin todas su prestaciones o a falta de implementar todas sus características, que se reservaban para la primera revisión. Se hacía así por dos razones; para tener margen de desarrollo y para evaluar que línea de diseño tenía mejor acogida.

Pero siempre eran productos maduros y bien desarrollados, solo les faltaba saber que cualidades serían las más deseadas por el público.

Todos sabemos que muchos productos de apple tenían secretos ocultos que a veces nunca se implementaron, como por ejemplo la cámara de vídeo conferencia y el gps integrados del ipone uno.

Ahora la cosa es distinta, los productos de Apple son inmaduros, a medio desarrollar, pero Apple los lanza al mercado como productos definitivos para que el trabajo de betatester los hagamos los usuarios.

Supongo que piensan que el menor precio se compensa con este trabajo que les hacemos.


Nunca fue muy conveniente comprar los productos recién lanzados a bombo y platillo, pero ahora lo es menos.


La segunda fase suele venir cuando el producto recibe su primera revisión. Suele ser mejor, más depurado y más barato.


Las dos últimas fases dependen del éxito comercial, puede haber una revisión a fondo  que prepare la siguiente generación de productos, con mejor precio y mejores prestaciones que los anteriores, o bien una fase en la que se abarata el producto y se vende con su equipamiento máximo con objeto de agotar existencias pero sin ninguna mejora formal.


Estas dos fase pueden ser sucesivas, o darse solo una de ellas según se halla vendido el bicho.


La nueva gama de portátiles no ha aportado gran cosa, solo una típica primera revisión bastante descafeinada — ¿quizás roza una fase final? no lo se —.


A mi los portátiles de esta generación no me gustan gran cosa. Son magnificas máquinas sin duda, y por el precio que tienen son muy competitivos con otros PC.

Si bien reconozco que ante un sobre mesa podría dudar si comprar un Apple o un PC con MacOSX, creo que no hay duda en el campo de los portátiles.

Salvo que se busque un micro portátil o un ordenador tableta, claro.

¿Cuando nos escuchara Apple de una puñetera vez en estos aspectos?


El Air NO es lo que pedimos, por mucho que os empeñéis.


Bueno, con todo, no son santos de mi devoción, no creo que me aporten nada que me convenza de cambiar mi MBP 2007.

Y si algunos defectos que para mi son notables, como la batería interna con una tapa de mírame y no me toques, la horrible pantalla brillante o la necesidad de usar adaptador para el Displey*. — Que para abaratar el precio en plan cutre no viene con el Mac, como tampoco el mando a distancia y algunos otros extras que si venían de serie en la generación anterior —


Sin duda, estos portátiles no pasaran a al historia con el halo de mito que por ejemplo los Pismo sí tuvieron — y con mucha razón —.


Los que esperaron se podrán comprar un portátil más fino, pero no creo que compense a nadie un cambio de máquina.


Y ya comenzamos con la campaña preventa de gato manchado albino.


Según a quién leas, es “lo mejor que ha hecho Apple y todos tendríamos que correr a la tienda a reservarlo” o “será difícil convencer al público para pagar por algo que en realidad no aporta nada nuevo y se limita solucionar los muchos problemas que tiene el Leopardo”.

Siempre he mantenido y me ha acarreado más de una enemistad por parte de los puristas y los que viven del Mac, que el Leopardo era un producto inmaduro e incompleto que Cupertino se había visto obligado a lanzar precipitadamente por la presión del departamento de mercadotecnia que quería hacer frente a la competencia (?) del Vista.

Nos hemos pasado dos años haciendo de betatester y desarrolladores y encima pagando para ello.

Bueno, yo no, yo después del segundo desastre con el gato manchado me volví al tigre “punto once” que es el gato más estable y fiable que he visto hasta ahora.

Pero ha habido que gente que ha perseverado actualización tras actualización y que ha comprobado que este sistema solo funciona fino en configuraciones por defecto recomendadas por Apple.


Pero el caso es que solo le han hecho la prepresentación entusiasta y me temo que solo para contestar al anuncio de Mocochof que quiere lanzar su nuevo sistema para sustituir al nefasto vista en otoño.

¿Que no?, entonces… ¿porque coinciden las fechas?

Otra tontuna porque nadie corrió a comprar un PC porque pudiera usar en él ese vista.

Y dudo mucho que si se hubiera retrasado el lanzamiento del gato hubiera pasado nada, pero…


Así que, puede que por la crisis, aunque Apple no se ha resentido por ella y esto debería hacerles recapacitar y cuidar un poco más a su fiel público en vez de seguir puteandonos como hacen últimamente.

Quizás porque las multinacionales suelen volverse más y más conservadoras cuanto más éxitos les proporciono en el pasado ser audaces.


Será por lo que sea, pero el caso es que no hay nada nuevo… aunque el macgüor vendrá en julio con enormes titulares sobre las  novedades de Apple.


En fin, seguiremos esperando un subportátil, un tableta, un profesional de sobremesa asequible, el nuevo Mac mini, y soñando con alguna maravillosa sorpresa.

Y parece que la espera va para largo.


Pena.


Jorge Díaz.


(*) Hay quién hila fino así que aclaremos que el precio de venta de un MBP DUO 2 2’66 Ghz básico cuesta en la Apple store 1.778 euros (9 de junio), y en la configuración viene como opción por defecto NO incluir el adaptador MDP a DVI, hay que pedirlo específicamente por 29 euros más. Si somos un afortunado usuario del treinta pulgadas necesitaremos un  adaptador de doble canal por 99 euros y si usamos un monitor VGA serán otros 29 euros más.

Una configuración más completa, con mas memoria, un disco grande y rápido, que no sólido, un adaptador de viaje y el mando a distancia que, sí, lo racanéan y lo venden a parte, el bicho nos cuesta casi tresmil cucos (2.910).

Cutrillos los de Cupertino ¿no os parece?

viernes, 5 de junio de 2009

Hasta los huegos del Ipone. (sí, he dicho ipone)

Cuando empece con estas páginas me hice el propósito de escribir con más o menos regularidad, un par de veces a la semana más o menos, que a fin de cuentas es lo que yo hacía en el pasado, aunque en otros lugares, eso sí.

Reconozco que por unos motivos u otros no lo he hecho.

No es que sea muy importante porque, para que negarlo, mis opiniones no parece que interesen a demasiada gente, a juzgar por el seguimiento que tiene el asunto. Aparentemente.


Reconozco que escribo más por costumbre que por otra cosa, escribiría de todos modos así que mejor publicarlo aquí y que lo pueda leer alguién si quiere, por pocos que sean mi público, que olvidarlo en un cajón, o en un disco que es lo mismo, ¿no?


Bueno, a lo que voy es que he incumplido mi propósito y eso está feo.


En parte por  motivos personales que no vienen al caso.


Pero sobre todo porque no hay nada que decir.


Suelo visitar varias páginas de distinta actualidad Makera y tecnológica casi a diario, — o lo hacía — pero la cosa es que últimamente me aburro. Me aburro mucho. Me aburro muchísimo.


No se si os habéis parado a hacer estadísticas, pero a mi me da la impresión que la cosa está como muy parada, paradísima.

Las noticias interesantes son escasa, lo que no deja de ser una consecuencia de la situación general que aquí no comentare.

Pero es que las pocas noticias que hay son tan pero que tan aburridas que no me llaman la atención para nada, no me motivan para escribir.


Yo no soy informático, ni ingeniero de sistemas, ni vendedor o instalador.

Soy un usuario y la verdad es que las noticias del tipo fulanito pasa a la empresa tal o sobre los movimeintos empresariales pues no me llaman.

Los temas qeu tratan de nuevas ventajas en redes o sobre intrinculis de internet no me interesan.

Y en el noventa por ciento de los casos, las notas publicitarias sobre las supuestas ventajas de las actualizaciones de programas me son en general incompatibles con la regla de oro que práctico: “Si algo funciona bien, no los toques hasta que sea completamente imprescindible”.


Además, como Job esta medio retirado no hace ni dice gran cosa interesante — raramente lo hace, tambien es verdad—.


Y con la crisis, no hay prácticamente novedades tecnológicas, a lo sumo algunos Macgoofy.


¿Que queda?, ¿a que le estan dedicando el espacio las bitacoras en los últimos tiempos?


Pues al Jodido ipone.


Que sí, que fue un ito tecnológico, un paso adelante digno de la Apple clásica.


Un producto muy cuidado y novedoso… hace tres años.


Ahora, el ipone no es más que uno más entre tantos, o mejor dicho, el que todos han imitado a mejor precio y sin tener que atarse con los nefastos servicios de timofonica.

Hay una docena — en la publicidad — de productos similares, que si bien no son lo mismo, lógico, se venden mejor.

Y en algunos casos, si pudieran equipar el sistema Apple, algunos de ellos aportarían mejores prestaciones en algunos aspectos.


Pero bueno, es el telefono de apple y como no hay nada de que hablar, cada día, de cada tres artículos, dos son sobre él.


Pues señores, a yo estoy hasta los huegos del ipone.


Soy usuario de Apple desde hace más de dieciocho años y pese a lo discutible de su política actual, y pese a que quizás si me viera en la necesidad o posibilidad de comprar un ordenador, puede que valorara al posibilidad de que no fuera un Apple — aunque probablemente sería uno de esos nuevas maquinas que permiten usar el Macos, seguramente que por una cuestión de precio — , desde luego no me interesan en absoluto los productos  paralelos de Cupertino, y menos aún en el campo del teléfono.


No, no me interesan los teléfonos por sofisticados que sean, — apenas gasto cuatro o cinco euros al mes en esto — , y la verdad, para las prestaciones que me podrían interesar de un ipone, elegiría un ituch.

Que tampoco tengo porque no oigo música, la pirateo por joder a la esgae, al rey del pollo asado y atlateres, pero no la oigo, ni siquiera uso la radio o el cd en el coche.

Así que ¿para que quiero un emepetres de doscientos euros?


Así que ni comparto ni entiendo tanta paja mental con que si va haber un nuevo ipone de 32 Gb o de 32.000. Pequeño, grande, a cuadros o lo que sea.


Me aburre.


Así que la verdad es que he tenido que renunciar a escribir sobre la actualidad Makera en lso últimos tiempos.

Igualmente no he escrito sobre otras cosas por lso motivos personales antes mencionados.


Esperemos que las cosas se animen un poco con algo llamativo y digno de la Apple que aprendimos a querer, o mejore lo personal.


Mientras, bueno, quizás recupere algunos escritos antiguos en los proximos días, por eso de que mis selectos lectores no se me aburran y esta página se vuelva tan desertica como las propuestas prácticas de del pepé.


Jorge Díaz.


P.D.: y encima, bloger me sabotea dejando los mensajes colgados sin avisar, pese a que creía que ya lo había solucionado, buena forma de crear audiencia, sí señor.

Y luego me quejo.

En fín, lo siento.

lunes, 25 de mayo de 2009

Anónimo. Dícese de la obra que no lleva el nombre de su autor.

No es que sea una cuestión muy makera, pero siempre he pensado que el makerismo es algo más que usar un determinado sistema operativo o una marca concreta… aunque… con los tiempos que corren.


Pero el caso es que el comentario del amigo Anónimo me ha llevado a meditar sobre esta cuestión.


Dejando a parte las más que justificadas paranoyas sobre grandes hermanos y demás. Lo que si es cierto es que la identidad de cada uno es una posesión, quizás la única posesión, en extremo delicada.

Hay que cuidarla con mimo.


Durante años he sido reo de un seudónimo más o menos conocido — que ni siquiera fue cosa mía, sino un error de apreciación por parte de otros —, que incluso llego a anular mi propio nombre. En algún caso he recibido publicidad dirigida a ese seudónimo con mi dirección.

A raíz de lo cual me cuido de usar mis datos reales para nada.

Por más que trate de eliminarlo, el alias, y por más que usaba mi nombre, me fue imposible que la gente lo asociara a mí.


Lo cual no se si es bueno o malo.


Pensemos en ello, — sí, ya se que con falta de práctica, esto de pensar da muchas agujetas, pero un poco de esfuerzo, señores —.


Hay, porque las hay, leyes muy estrictas sobre la protección de datos, peroooooo…

¿alguien se las cree?


Hace tiempo comencé a recibir publicidad con un curioso error en la dirección, error que solo cometía una entidad financiera en la que tenía una cuenta.

Hay que ser muy ingenuo para no darse cuenta de quién había proporcionado a los datos al anunciantes.


Ahora, hacen la trampa de exigir mil y un trámites por escrito para que “ellos” no cedan tus datos a las entidades que “ellos” consideren “adecuadas y de ínteres”.


En todas partes vemos, elegida como opción por defecto, la cesión de nuestros datos para lo que crea menester el fenicio de turno.


Tenemos que NEGARNOS EXPLICITAMENTE Y POR ESCRITO a que comercien con nuestra identidad, o para evitar que nos llenen el buzón — real — de puta basura.


¿No será más fácil no dar datos o que sean falsos?


Y si hablamos de la red, la cosa es muchísimo más descarada.


Por desgracia, y como buen makero que he sido, la red y sus normas se me hacen imposibles de entender o sobrellevar, sobretodo porque siempre, casi, están diseñadas por programadores con una absoluta carencia de experiencia no ya como usuarios , sino simplemente como elementos con interacción social, — y cuidadín que en Apple hace tiempo que los programadores han sustituido a los creadores, avisados estáis —, lo que lleva a que los formularios y protocolos en todas las gueb sean de todo menos racionales e intuitivos.  


Mejor que intentar explicarlo, unos cuantos ejemplos.


Imaginemos que somos una persona que por el motivo que sea queremos acceder a la red desde una biblioteca, aprovechando su libertad de conexión, la cursiva viene a cuento porque, a mí por lo menos, se me hace imposible entender porque hay que rellenar un cuestionario repleto de datos sensibles para conectarse a dicho nodo, más aún si lo hacemos desde un ordenador propio.

Sí, ya se, hay que controlar los recursos, obtener estadísticas políticas, administrar el tiempo de conexión y bla, bla, bla.

Pero lo que no se controla es que el acceso sea correcto.

Uno puede conectarse y el tiempo de conexión será aleatorio, puede ser un minuto o indefinido, sin contar con los cortes inesperados o los fallos de identificación del usuario al cambiar el administrador de la red.


El ingenuo novato rellena el cuestionario de buena fe, con lo que se encontrara con que puede quedarse sin conexión en el momento más inadecuado, y claro, al haber consumido su tiempo asignado, ya no puede volver a conectarse.


El experto tiene varias cuantas con datos falsos.


¿Esta mal?, puede ser, pero quien tima a un timador…


El Mac, que antes era una filosofía dedicada a pensar en las necesidades del usuario, ahora es otro producto de necios.

¿No?, y esa peregrina idea de exigir rellenar un montón de datos en un cuestionario cada vez que instalamos un sistema, ¿Quien es el lerdo menso a quién se le ha ocurrido?

Ya, son datos necesarios para configurar el ordenador… Sí, claro… ¿y si le instalar el sistema a un amigo —o un cliente, coño ya — y no conoces esos datos, que haces? ¿te los inventas?, ¿los falsificas?, o simplemente no compruebas si la instalación funciona correctamente.

Si esto lo hubiera diseñado un usuario, seguro, pero seguro que hubiera tenido en cuenta esta posibilidad y sería posible dejar esa configuración, que por otro lado solo tiene por objeto que registres el producto en apple y así tenerte controlado o usar tus datos, atentos a la jugada, seria posible dejar la “configuración” para más adelante, pero no.

Lo diseño un; a/ gurú en su parnaso, o b/ informático socipático.


Otro caso, el ingenuo internauta se habrá dado cuenta de que a cada paso, para descargar un manual de una equipo, para consultar una información en una gueb comercial, para descargar una actualización, etc, etc.

Le piden constantemente direcciones de correo y a veces largos cuestionarios de información de ese tipo que nos haría contestar con un “¡A usted que coño le importa!” si alguien nos las solicitara por la calle.


Por no hablar de la política de Adobe con respecto a los usuarios legales, que con su actitud, es como para negarse a usar sus productos o al menos negarse a registrarlos. — yo no lo hago —.

Bueno, el caso es que el mejor sistema para recibir todo tipo de molesto espan es poner una dirección de correo real y datos reales.


Más de uno puede estremecerse si hace una búsqueda cuidadosa de los datos personales que están disponibles en la red sobre uno y que es fruto de una política de sinceridad en la red.


Y no hay ningún control posible sobre ello.


Recordemos que el delito informático que más ha crecido en España en los últimos años es el robo de identidad.


Lo de la redirección del cuestionario de ebai a una gueb que, idéntica, pide el número de tarjeta de crédito y EL NÚMERO DE LA CLAVE DE ACCESO, es un timo muy popular, yo lo he visto varias veces y por eso no uso esta gueb.


De hecho, mi teléfono móvil es anónimo… por suerte, ya que hay alguien que usa mí número para sus timos, o al menos eso deduzco que las llamadas que regularmente recibo de entidades financiera y gestión de cobros.

Si mi teléfono estuviera asociado a una identidad, no sería nada raro que además del número me pudieran meter en un lío de difícil salida, ya que sería yo quién tendría que demostrar que no soy el que ha cometido el desmán.

Que es sabido que los acreedores primero me embargarían y luego comprobarían mi identidad, claro está.


Por ello, el experto nunca, pero nunca, da su dirección de correo real en esos cuestionarios. — y en general se muestra muy paranoico a la hora de dar datos en cualquier sitio —, en todo caso, si se necesita algún tipo de confirmación o se va a recibir información por esa vía, se crea una dirección falsa en yaju o gogel y listo.


Por otro lado, y como ya he dicho, internet esta creado y controlado por informáticos, y lo que es peor, informáticos ruinderos — cuando no chapuceros aficionados, claro está—.

Lo que provoca que la gran mayoría de los servicios de la red sean del todo opacos, lo más alejado de lo funcional e intuitivo, o simplemente de sentido común.


Recordemos que la mentalidad de un informático le lleva a afirmar que un ordenador que no puede ser programado es aburrido.

La mentalidad del informático choca frontalmente con la de cualquier persona, que generalmente la importa un carajo el continente, y los le interesa el contenido.

Un usuario no quiere programar nada, solo quiere hacer lo que sea del modo más sencillo e intuitivo posible, de ahí el éxito de Apple en sus inicios, que entonces tenía mucho mérito tener éxito.


Yo soy usuario del Mac y pongamos el ejemplo de esta página.


Al informático le interesa como crearla y como “depurar” su funcionamiento, a mí solo me interesa poder colocar los contenidos de forma fácil y rápida.

Hombre, ya me gustaría mejorar el diseño, pero me niego ha hacerlo a base de lineas de HTML.


Al informático no le cabe en la cabeza que a mí no me interese en absoluto crear varios buzones de correo con mis datos personales por las razones arriba expuestas, y otras que no vienen al caso.

Y por lo tanto me obliga a usar un seudónimo automático como firma de mis comentarios, siendo imposible usar mi nombre real porque no coincide con la dirección de correo.

Seria tan fácil como crear un campo de firma para el comentario y poner ahí el nombre que nos de la gana, pero no, eso no es robusto.


Ya, y luego vendemos la base de datos a las agencias de publicidad o a elementos menos deseables, ¿no?


Claro, la solución es sencilla, uno se crea su propia página, en su propios servidor con su propio nodo de acceso… al módico precio de… ¡Uuuuuuuuuuuu!


Pues no, aunque el acceso a los medios de comunicación, el derecho a la libre expresión y opinión, son cosas que deberían ser sagradas y gratuitas, para hacerlo gratis tienes que pagar un alto precio.


Yo, bajo mi alias gozo (?) de un cierto prestigio como conocedor del Mac y lo que le rodea, — precisamente porque creo que es más bien inmerecido, he matado en estas páginas ese seudónimo, aun sabiendo que si firmara mis notas con ese nombre tendría muchas más visitas —. Pero soy un autentico lego en interneses, y ademas me importa un carajo da vela, así que es más que normal que esta página este plagada de “errores” como el de la identidad falsa de la firma.

Cosa que la verdad sea dicha, me importa muy poco, creo, será porque no soy informático, que lo importante es el contenido y por eso le pido a la gente que me lea, que como mínimo, hagan el esfuerzo de seguir la trayectoria que indica mi dedo, y no  se quede mirando la uña.


En todo caso, prometo firmar mis columnas con mi nombre a partir de ahora, aunque el programa de gogel se empeñe en decir tonterías al respecto.


Salvo que algún programador sea tan amable de indicarme como coño se evitan estas cosas, por que lo que es yo, no tengo pensado dedicar el más mínimo esfuerzo a tales cuestiones irrelevantes.


No se si me he explicado.


Jorge Díaz.

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