Los viejos makeros estamos mal acostumbrados. Siempre esperamos lo más sorprendente, avanzado e innovador procedente de la manzana, pero los viejos tiempos se han marchado para no volver nunca más, probablemente.
Sí, ya, claro. Apple sigue construyendo equipos avanzados, rompedores, que la competencia imita… casi instantáneamente.
Ese es el problema porque antes se adelantaban al futuro por mucho, por poner un caso; una década antes de que los pedeas se hicieran populares y distintivos de una casta pijoeconómica, el Newton ya existía, pero… fue un sonoro fracaso. ¿Fracaso?, bueno, yo recuerdo a un comercial que estaba encantado con su MessagePad 2.000 porque con el podía tramitar y poner al día todos sus pedidos con mucha comodidad y sin papeles. Solo echaba de menos, según sus palabras, poder conectar con la central para hacer los pedidos en tiempo real y no tener que volver a la oficina a descargarlos.
Hoy, es de suponer — aunque pienso que no — que es feliz con un ipone haciendo los pedidos en tiempo real, conectándose por la red con su central.
Hoy, apple sigue innovando, pero menos. A los dos días de lanzar un producto, la competencia saca sus imitaciones, mucho peores, sí, pero también mucho más baratas.
El Imac es el mejor ordenador domestico que existe. Su arquitectura todo en uno es ideal para un domicilio… pero… es caro, muy caro, si alguien es un usuario de la informática dispuesto a gastarse mil quinientos euros en un ordenador, probablemente elegirá un mini torre taigüangüare.
O quizás un todo en uno de imitación.
O simplemente comprara otra cosa porque el Imac no usa ruindos… no es compatible*.
Pero lo grave no es que el Mac siga siendo solo para compradores decididos, sino que ya no existe una diferencia suficiente como para convencer a alguien que no sabe que es un Mac pero sabe que quiere algo especial.
No obstante, Cupertino, a veces deja caer algún detalle que me hace recobra la esperanza de que dejen atrás esta árida etapa de éxito económico y mediocridad tecnológica. ¡Coño, si hasta el Air tiene imitaciones baratas compatibles!
En los últimos Imac hay un pequeño, muy pequeño, detalle que puede ser una prueba de que aún poseen una visión clara de futuro.
Me explico.
Si hoy quieres llevarle a alguien un archivo de un par de cientos de megabites… ¿como lo haces?
No, nononono, aunque quieran convencernos de ello, no todo el mundo tiene internet a su alcance.
Vamos a ver, cuando era joven y teníamos que transportar unos archivos de un lugar a otro, usábamos el disquete, de cinco y medio o de tres y medio, era cómodo, fácil de transportar, barato y sobre todo fácil de encontrar.
Todos los ordenadores tenían disquetera y daba igual el sistema operativo.
¿Es más fácil hoy?, ¿eso creen?
Poco tiempo después, llegaron otros soportes transportables en un bolsillo — o en un saco —, el syquest de 44 o de 88, o el Bernouilli, que venia a ser lo mismo, marcaron una época, pero no sustituyeron al floppy. Sí, tenían más capacidad, pero eran voluminosos y ademas necesitaban un lector especial que no todo el mundo tenia.
A continuación llego el zip o el syquest, trajeron un floppy de alta densidad cuyo secreto residía en un mayor numero de pistas más pequeñas.
De hecho existió un sistema que escribía hasta cien megabites en un disquete corriente de uno coma cuatro, pero también necesitaba un lector especial.
Posteriormente llegaron los Magneto ópticos, que seguían siendo un disquete de alta densidad pero adosado a un disco óptico que actuaba como indice para aumentar la capacidad del disco magnético por medio de pistas mas pequeñas. Más o menos es lo que se lleva haciendo cuarenta años para aumentar la capacidad de los discos de cualquier clase.
Hasta los dos gigabites llegaron los MO, y hubieran seguido evolucionando si no hubiera sido por la llegada de los ópticos.
Los Zip y los MO eran prácticos porque ocupaban el mismo espacio que un disquete, eran fáciles de transportar y en realidad su coste por megabite era mucho menor que el de los floppys.
Pero seguían necesitando un lector especifico que no alcanzo a ser popular.
Esa fue la gran baza de los ópticos.
De la noche a la mañana todos los ordenadores tenían lector de cedes y ahora de deuvedes, las tostadoras eran más difíciles, pero al poco tiempo también eran populares. Hoy los tienen todos los ordenadores, aunque hay clases, no todos son completamente compatibles ni lo graban todo.
El coste por megabite era muy inferior al de los Zip o MO… aparentemente.
Porque ni los cede, ni los deuvede suelen ser regrabables. Solo se pueden usar una vez, y además es del todo falso lo que se decía en los noventa como promoción, la información grabada en un óptico hay que recuperarla periódicamente porque los discos son frágiles y se destruyen. Bastante más que los pretendidamente frágiles floppys.
Así que en realidad, los ópticos no son ni mucho menos tan prácticos como los disquetes que simplemente se mentían en la disquetera, se montaban independientemente de la plataforma, se grababan los archivos desde el mismo sistema de forma completamente transparente y carretera y manta.
Los ópticos hay que prepararlos, usar una aplicación de tostado, quemar el disco y rogar porque el archivo no tenga errores.
No, no es lo mismo ni de coña, en el tiempo en que se graba un cede, se guarda la misma información en floppys, no se gana tiempo.
Entonces, repito la pregunta, ¿como llevarse unos cientos de megas sin problemas y rápido?
Pues hoy por hoy no hay forma, podemos usar un disco duro portátil pero por un lado, es mucho más voluminoso, aunque sea un disco de dos y medio, y en el mejor de los casos en el que se alimente por medio del bus USB o FW, y no tengamos que cargar con el transformador, siempre tendremos que llevar un cable por si acaso, es engorroso.
Item más, usar un soporte de doscientos, trescientos, quinientos gigabites para llevar unos cientos de megabites no es precisamente para lo que han sido diseñados estos soportes que están destinados como disco externo de viaje para acompañar a un portátil o para lugares con poco espacio. Es matar moscas con misiles.
¿Por medio de un pendrive?, bueno, sí, los hay de todos los tamaños, colores y formas, ademas de ser universales y bastante económicos, pero supongamos que la cosa es que tengo que salir corriendo a llevarle unos pocos archivos a un primo mío y no tengo un pendrive a mano, ¿puedo ir al supermercado a comprar uno?
Sí, poder puedo, pero me tendré que comprar lo que halla, aunque no sea lo que mejor me venga y aunque no sea del todo barato.
Los pendrive son populares, pero están muy lejos de ser el soporte universal y cómodo que suponían los floppys.
¿Que hay entonces?, ¿nada?
Pues no, no es así, y Apple se ha apuntado a la solución que yo creo si tiene futuro para ser el cómodo floppy del siglo veintiuno.
Hay una gran variedad de memorias compactas tipo flas, aunque son un puñado las que son más populares; las Flash, las SD, las Compact y las Micro.
Las tres primeras son populares como memorias para cámaras fotográficas o de vídeo, y la ultima como memorias para móviles, pero las cuatros son fáciles de encontrar, las venden en tiendas de telefonía, de informática, de fotografía, hipermercados, etc.
Podemos encontrarlas con la misma facilidad con que encontrábamos una caja de disquetes y son igualmente fáciles de usar. Además de ser casi igual de baratos.
Hay muchos ordenadores que traen de serie el lector de tarjetas, pero ademas, si hacemos la analogía, los lectores externos son tan fáciles y económicos de encontrar como lo eran la disqueteras en los ochenta, que digo, muchísimo más económicos.
Aparte de que se puede usar la misma cámara como lector.
Hasta ahora, estas memorias solo se asocian a la fotografía, pero cualquiera que halla montado una en su ordenador habrá visto que son absolutamente transparentes en su uso y muchísimo más cómodas que un óptico porque para el ordenador es un volumen estándar más dándole igual si contiene fotos, emepetres, archivos de vídeo o diseños de autocad.
En cuanto al coste de la memoria, una tarrina de diez deuvedes cuesta unos quince euros lo que suponen unos treinta y dos céntimos por gigabite, pero solo se puede usar una vez cada disco, con lo que los cuarenta y siete gigabites de memória salen mucho más caros que los ocho gigabites de una SD, que podemos reutilizar indefinidamente salen a unos cuarenta y dos céntimos por gigabite.
Un deuvede regravable es más caro, pero sigue sin salir a cuenta ya que raramente soportan mas de media docena de borrados.
El óptico es práctico para guardar archivos definitivos que no se tengan que modificar, pero si nos llevamos trabajo a casa o de un ordenador a otro, el usar ópticos es inviable, sale mucho mas barato una memoria flas que tener varias conexiones a la red, incluso es mucho mas rápido porque grabas los archivos y los llevas contigo estando disponibles inmediatamente, mientras que si envías un correo solo sabrás si ha llegado bien al descargarlos en el destino.
Es arriesgado.
En este momento le falta un pequeño empujón a los chip de memoria flas para ser el floppy de este siglo, solo hace falta que la gente se de cuenta que puede usarlos como tales y ya está.
Su costo por megabite se hace más y más barato día a día y su facilidad de uso, su universalidad de forma indiferente al sistema, su popularidad la hacen el futuro sin duda.
En Apple se lleva tiempo hablando de que el próximo Sistema operativo no vendrá en disco.
Hace tiempo que el sistema esta adaptándose para poder arrancar desde soportes externos, ya puede hacerlo desde un dispositivo USB, un pendrive o… ¡una tarjeta flas!
No seria de extrañar que el próximo Sistema viniera en una tarjeta SD bloqueada, igual que venia en los floppys, y no seria raro porque en una flas de doce gigas cabe cualquier sistema a un costo muy inferior al deuvede o el blurai, que este si que es un fracaso considerable por mucho que se empeñen, no cuaja y no creo que lo haga, tiene todos los defectos de un deuvede y ninguna de las ventajas de un soporte de alta capacidad.
Esto, que venga el SO en otra forma, se venia rumoreando hace tiempo sin mucha verosimilitud, lo que me ha convencido de que Apple puede romper una frontera en el futuro es la inclusión de un lector SD de serie en los Imac.
Si los nuevos Pro y luego los portátiles también incluyen lector será casi seguro que habrán innovado una vez más, porque el SO 10.7 vendrá en flas, marcando camino al resto de la industria.
Aunque, también es cierto que podemos llevarnos un chasco y que solo sea una idea de bombero para “acentuar la función multimedia del Imac”.
Bueno, yo apuesto por los floppys sólidos.
* Llevo tantos años de Mac que estoy arto de desmentir esta estupidez, estoy seguro que hay muchos evangelistas que lo harán encantados. Búsquenlos.
Jorge Díaz