¿Se creían ustedes que me había muerto?
Pues no, lo que pasa es que tras esperar más de un mes por un veintisiete y tras probarlo durante un par de semanas me ha pasado lo que nunca me había pasado antes.
En más de veinte años de makero, después de que pasaran directamente por mis manos un centenar de Mac, y quizás un millar indirectamente.
Sin haber tenido que tirar de garantía jamas.
Después de tener en casa veinte Mac de todas las épocas, funcionando como la seda, oséa como Mac auténticos…
Por primera vez he tenido que devolver un Mac por fallos en sus tripas.
Sí, mi Imac es uno de esos veintisiete que tiene la tara de pantalla, parpadea y se apaga cuando quiere, pero lo que es peor, el test de Apple revela un fallo grave en los bancos de memoria.
Así que con menos de dos semanas de uso, apenas el tiempo suficiente para configurarlo y encontrar las sempiternas actualizaciones, va y me veo obligado a devolverlo al SAT, lo que significa quedarme sin Mac.
Antes, un servicio técnico para Mac era cosa de fanáticos Makeros porque muy raramente necesitaban reparaciones, lo más eran cosas de actualizaciones o auténticos destrozos de mal uso, pero ahora empieza a ser un buen chollo.
Job y sus adoradores dirán misa, pero ¿cuando coño habían fallado tanto los Mac?
¡Jamas!
Mucho me temo que es para mi el principio de una larga guerra contra Apple y el SAT, ya que, según las propias palabras del técnico autorizado, ya ni siquiera ellos saben a que corresponden los códigos de error de Test Apple, se limitan a enviarlos a Apple y ellos le dicen que cambiar… o más a menudo, rechazar el arreglo.
Como los numerosísimos fallos del veintisiete, que recordemos que ya se ha parado la distribución dos veces, están siendo un grano en el culo de Cupertino, lo más probable es que intenten fingir que no pasa nada y que el funcionamiento es normal.
Ventajas de los fallos gremlim que solo con el uso continuado se aprecian.
Quizás a un recién llegado o a un usuario menos veterano, estas excusas le convenzan, pero yo compre precisamente este Mac en un Apple Center para poder guerrear a través de oficina del consumidor y cara a cara y no golpearme contra el muro de las lamentaciones inútiles del servicio telefónico — de pago — de Apple y gastar un potosí en mensakas.
Así que me temo que va a haber mucha bronca en los próximos meses… Que con toda probabilidad acabara en una devolución del dinero por cojones — aunque los Apple Center procuran avisar que no aceptan devoluciones, cosa ilegal, claro — y que me quede sin ordenador nuevo.
Por primera vez en veintitantos años de makero.
Y es que el muy gilipollas de trabajillos, lo siento pero lo de este despreciable individuo ya me crispa, así le reviente el hígado de una puñetera vez.
Pues eso, que lo de este tipo ya es puro sabotaje contra Apple, o mejor dicho contra el makerismo, y la paciencia tiene un límite.
No solo ha olvidado e ignorado lo que en otras épocas fue la mejor baza de la manzana; la opinión de miles de usuarios fieles y expertos en favor de un mercado de víctimas tecnológicas y caprichos para ricos.
No solo ha despreciado al mercado profesional intermedio que ya no puede comprarse un Mac para trabajar en su pequeña imprenta o estudio porque los Mac profesionales solo existen en un rango de precios prohibitivos.
No solo se ha permitido opinar que si los productos de Apple te parecen caros a un usuario es que no mereces tenerlos, toma ya prepotencia y soberbia.
No solo se ha centrado en un mercado de productos esclavos de su mercadillo en la red, porque no compras un ipone o un itouch o un ipod, no, comprar la obligación de tener que pagar por los contenidos que tienes que descargarte en exclusiva en el negocio del apple estore, todo ello disfrazado de “miles de aplicaciones disponibles”.
No solo se ha dedicado a obligar a los usuarios a pasar por caja para todo; prueba a cambiarle la batería o el disco duro a uno de los nuevos Mac, que ademas de perder la garantía, lo mas seguro es que te los cargues, que hasta a los técnicos autorizados se les va el color ante la idea de abrir un nuevo Imac.
Pero claro, cobrarte casi cuatrocientos euros por ponerte un disco duro que cuesta ciento veinte es un buen aliciente para intentar abrir el imac ladrillo.
Sobre todo porque Apple no permite que el usuario lo haga en casa, eso al taller.
Todo para aumentar los dividendos.
Sino que ademas, ya ni se preocupan de lanzar productos terminados y fiables como siempre hizo la manzana, para eso están los usuarios que hacen el trabajo de betatester y encima pagando por ello.
Lo productos con una manzana multicolor eran garantía de fiabilidad y buena ingeniería… ¿Sigue siendo así?
¡No! La manzana negra solo es garantía de un producto caro para pijos, nada más.
Por algo fue Jobs quien cambió la imagen de la manzana.
Ya paso con el leopardo que fue un desastre inacabado que solo funcionaba bien en configuraciones recomendadas, son miles los informes de perdidas de datos en configuraciones heredadas de otros sistemas anteriores, por ejemplo. Leopardo debería haber sido lanzado un año después, tras solucionar sus cientos de fallos, — yo lo desinstalé a la segunda perdida de datos y en el fallo ochenta pare de contar — pero que muchos compraron a la espera de la versión definitiva del leopardo blanco.
Paso con los nuevos portátiles que han reportado docenas de fallos y problemas.
Y ahora pasa con los Imac, maravillosos, estupendos, pero a medio desarrollar y con fallos garrafales que han obligado a retirar muchas unidades recién enviadas y que ha habido que actualizar, sin éxito, claro, dos veces en tres meses.
¿Cuando había ocurrido esto con las manzanas?, ¡No contesten, ya se la respuesta!: ¡Jamás!
Pero lo importante es lanzar nuevos productos monos para las víctimas tecnológicas.
Ahí tenemos el Ipad.
Tanto rollo y tanta tomadura de pelo mediática a base de globos sonda para un itouch grande que solo sirve para descargar contenidos de pago a través del apple estore y poco más.
Espero que el rumor de que solo se puede actualizar su contenido vía mobilemi sea una exageración, porque eso ya seria de juzgado de guardia.
Pero los fanáticos adoradores del impresentable trabajillos, babearan ante este trasto probablemente inútil, que nada tiene que ver con el tablet que los usuarios venían pidiendo hace años y lo compraran como locos para enriquecer las cuentas de Apple.
Funcione o no.
Una lastima, porque lo único que consiguen es que el infame trabajillos no se moleste en conseguir que sus productos simplemente funcionen bien como siempre funcionaron hasta su fatídica vuelta.
¿Para qué, si siempre hay mirlos blancos que los paguen?
Bueno, pues una y no más Santo Tomas, a lo largo de mi vida he visto muchos finales de una época así que no me pilla de nuevas, de momento este veterano makero sabe en que gastar mejor los mil ochocientos euros — que acabaran por devolverme, a las buenas o a las malas — que me ha costado el Imac tonto y desde luego, hasta que no se muera Jobs no volveré a comprar ninguna manzana.
Me joderá mucho pasarme al linus en un PC después de tantos años, me pilla muy viejo el código abierto, pero si me engañan una vez es culpa del estafador. Dos veces ni hablar. Así se va perdiendo el mercado de los makeros, si señor.
Quizás en los mundos de yupi de trabajillos, los víctimas tecnológicas son infinitas y muy ricos, dispuestos a comprar gachet y politonos como locos por toda la eternidad, pero en el mundo real, los pijos tecnológicos son muy pocos y con una clara tendencia a cambiar de gusto con facilidad.
Jobs acabara echando de menos a los fieles makeros que está perdiendo… o quizás no, quizás se limite a pedir un puesto en mocochof cuando Apple se hunda por su ineptitud, con la diferencia que en los noventa, cuando se el expulso de Cupertino por primera vez, los millones de makeros salvamos la manzana, y cuando Jobs se marche… bueno, ¿cuanto makeros quedaran dispuestos a pagar los destrozos?
Que pena, siempre tiene que haber un imbécil que acaba con los sueños bonitos.
Jorge Díaz
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